Estar enamorados...
Es encontrar el nombre justo de la vida.
Es dar al fin con la palabra que para hacer frente a la muerte es precisa.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de la carne respira.
Es contemplar, desde la cumbre de la persona, la razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera que nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz produndamente repetida.
Es sospechar que la soledad de nuestra sombra está vencida.
Amigos, estar enamorados es describir donde se juntan cuerpo y alma.
Es percibir en el decierto la cristalina voz de un rio que nos llama.
Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de campanas.
Es comprobar que la area de ser hombre o mujer es menos dura.
Es entender la pensativa conversación del corazón.
Es ir leyendo lo que escriben en el espacio las primeras golondrinas.
Es adueñarse de los días y las noches.
Es escuchar a media noche la vagabunda confesión de la lágrima.
Es despertar una montaña con el secreto de las flores y de las frutas.
Es no saber si son ajenas o son propias las lejanas amarguras.
Es compartir la luz del mundo y a la vez compartir su noche oscura.
Es alegrarse y asombrarse que la luna todavía sea luna.
Es empezar a decir "siempre" y en adelante no volver a decir "nunca".
Estar enamorados, es estar seguros de tener las manos puras.
Poema de Francisco Luis Bernárdez, "A media voz", que encontré escrito en unas viejas cartas.
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